Había en Japón un niño muy astuto que de grande quería ser rico. Pensó
que para conseguirlo tendría que mudarse a un país lejano, donde pudiese
hacerse elegir presidente. Estudió el globo terráqueo, y se decidió por el Perú.
Contrató a un súper asesor. Fue elegido presidente. Se hizo poderoso y rico.
Encarceló al súper asesor. Y regresó al Japón. Pero su conciencia no lo
dejaba tranquilo entonces decidió regresar al Perú para poder hablar con su gran amigo, al cual había traicionado, pero se llevó una gran sorpresa
al regresar, ahora él está sentado justo al lado de su amigo en la misma celda.
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