viernes, 13 de julio de 2012

"De humano a rata"




Cuando Ricardo López se dio cuenta una madrugada después de una gran fiesta, se encontró en la oficina de su padre convertido en un rata peluda. Estaba sobre la mesa de vidrio en dos patas, al levantar el hocico vio unos grandes dientes blancos sobre la cual apenas podía caber su diminuto cuerpo. Sus muchos bigotes, ridículamente largos en comparación con en resto de sus extremidades, se movían ante su reflejo.
<En que me he convertido > pensó.
No era una ilusión, todo era verdad.

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