jueves, 12 de julio de 2012

Parábola Mexicana





Una noche, ya muy tarde, llegué a un pueblito perdido y, para mi sorpresa, los pobladores me estaban aguardando. Sin decir una palabra, me rodearon y me llevaron al centro de la plaza. Me ataron al tronco de un árbol y, en silencio, desaparecieron.
  De mañana, temprano, regresaron. Y me dijo uno de ellos: "De lejos te vimos llegar pero nos dimos cuenta que venías sin tu alma. Tu alma te andaba buscando y por eso te amarramos, para que te encuentre. Ahora podemos soltarte”.
En ese momento no entendía lo que pasaba solo atine a decirle que estaban en lo cierto que mi alma recién estaba de regreso a mi cuerpo, pero en realidad estaba aterrorizado por lo que estaba pasando, solo quería irme de ese pueblo para olvidar este episodio que jamás podre borrarlo  de mi memoria. En ese momento se me acerco una mujer muy bella y me dijo que despertara que todo era un sueño  y que  mi alma ya estaba de regreso.

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